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Jona intenta marcharse de varios rivales, ayer; debajo de estas líneas, Kitoko.
Mismas armas, mismos defectos

Mismas armas, mismos defectos

El UCAM exhibe una gran defensa, pero sigue desvalido en ataque, como en cursos anteriores

ANDRÉS CREMADES

Domingo, 28 de agosto 2016, 22:43

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Hay que competir hasta el final y al UCAM le faltó ayer estar enchufado en los minutos de la prolongación. Los universitarios se hicieron acreedores a algo más que el empate, y es que los de José María Salmerón blindaron su defensa con una guardia pretoriana formada por Tekio y Góngora, que fue lo mejor del partido, pero la asignatura pendiente sigue estando arriba. Natalio estuvo solo y poco acertado. El UCAM no puede pretender que el delantero lo haga todo, pues esto es muy complicado y ante equipos con la experiencia del Córdoba, más todavía. El gol 'olímpico' local fue tan bonito como merecido, pero los de Oltra, que se veían resignados y sin nada cuando solo quedaba un minuto de descuento para el final y perdían 1-0, deshacían el triunfo local 'in extremis', dejando a los universitarios con un solo punto en dos encuentros.

Minutos de no agresión o de contemporización en el primer cuarto de hora de partido entre el Córdoba y el UCAM Murcia. Los universitarios, que habían sacado una alineación con la que buscaban reforzar el centro del campo, con Kitoko, Basha y César Remón, buscaban dejar sin libertad a los hombres de creación del equipo cordobés. Tekio logró que Juli tuviese una participación testimonial y Góngora se las tenía tiesas con Pedro Ríos. Saltaban chispas cada vez que el extremo y el capitán del UCAM se cruzaban en la banda. Y entre intentos de los unos y la voluntad de los otros los minutos fueron pasando sin tener ninguno oportunidad digna de mención.

El Córdoba endureció el partido y Rodri y Pedro Ríos vieron que esa apuesta de ir con todo les pasaba factura en forma de tarjeta. El fútbol del UCAM era correcto y muy táctico, pero sin apenas relevancia en ataque. Tekio comenzó a intentar tirar desmarques de ruptura y el de Molina de Segura movió un poco el partido y a los aficionados, con dos llegadas casi consecutivas y sendos centros que no fueron rematados, pero al menos hicieron despertar a un equipo al que le seguía pesando y mucho el resultado de 3-1 en el estreno en Zaragoza.

Trabajo para Góngora

En el Córdoba aparecieron los pases largos de Héctor Rodas y Deivid buscando a un peleón Rodri que, tras una tarjeta y después de volver a hacer una falta que le pudo costar la segunda amarilla, bajó prestaciones en la presión. Kitoko estaba fuera de lugar y no cortocircuitaba la zona de la banda izquierda murciana. A Góngora le intentaban llegar en superioridad, pero el andaluz se anticipó a todo, teniendo Pedro Ríos que cambiar de banda pues no conseguía irse del lateral del UCAM. Imaz, que ya en el minuto once había disparado desviado, no estuvo acertado en el minuto veinte cuando una subida de Natalio la culminó el delantero dándole un pase por dentro al primero del que este no se percató.

El UCAM quería el gol y, además, se veía con posibilidades de ello, pero el Córdoba, a la contra, podía hacer daño. Luso, en el diecinueve, remató fuera una asistencia de Cisma desde la izquierda y cuatro minutos más tarde fue Alfaro el que tiró muy desviado.

Salmerón pidió pausa a sus jugadores, pues las idas y las venidas estaban empezando a crear espacios, y en cualquier momento les podía costar un disgusto el ataque en superioridad que estaba llevando a cabo el Córdoba. Guichón pedía todos los balones, pero habría que explicarle al jugador del UCAM que hay que combinar alguna vez con los compañeros. El Córdoba intentó llegar al final de la primera entrega con igualdad y esto el UCAM lo aprovechó para dominar, pero apenas consiguió poner en apuros al espigado Kieszek.

El Córdoba dio un pase al frente en los inicios de la segunda entrega. Los de José Luis Oltra dominaban y además llegaban. Juli, a los dos minutos, ejecutó un centro-chut y Biel Ribas tuvo que meter la mano para enviar a córner. Juli, de nuevo dos minutos más tarde, apuró hasta la línea de fondo y Fran Pérez logró interceptar su centro atrás.

José María Salmerón metió más por dentro a Góngora y Kitoko buscó más la banda. La fórmula le dio resultado porque Kitoko logró aprovechar el espacio tan grande que había en la izquierda y, además, servía de comodín para que Basha y César Remón descargaran el juego en esa banda. Kitoko controlaba, tenía la posesión, pero le costaba horrores contactar con Guichón y con un deambulante Natalio, que, muy solo, apenas tenía presencia en ataque.

El fútbol vertical del UCAM pudo darle su beneficio en un pase desde su área de Biel Ribas a Natalio. El fallo de Deivid en el despeje dejó al delantero delante de Kieszek, solucionando la papeleta el espigado portero cordobés tras adivinar las intenciones de Natalio.

Los locales se estiran

El UCAM se había sacudido el dominio franjiverde. Además, Basha había puesto orden en el centro, Tekio había enchufado la moto y comenzaba a proyectarse en ataque, y en una de esas llegó un saque de esquina. Desde la otra parte del campo llegó el capitán Góngora y disparó fuerte, describiendo el cuero una media luna hacia dentro en la que Kieszek no pudo hacer nada. Solo la tocó cuando el esférico ya había entrado pegado al segundo palo.

El gol cambió ambición por precaución, y los cambios y el estirón del Córdoba hicieron que los últimos quince minutos se jugasen la mayor parte del tiempo en campo del UCAM. Los de Salmerón defendían y además comenzaban a perder la pelota muy rápido. El Córdoba llegaba pero no materializaba, y apenas creó peligro hasta en el minuto dos de descuento, cuando un balón desde la derecha al segundo palo despistó a los centrales universitarios y Luso cabeceó abajo. Aunque Biel Ribas tocó la pelota, no evitó el tanto del Córdoba, dejando tocado a un UCAM que aún no ha ganado.

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